Registro de Operadores de Carne: lo que hay que saber

El nuevo registro de operadores de carnes abarca todo el ciclo productivo de hacienda. Es decir, la producción de carnes y subproductos, comestibles o no. Este registro inicia un control a partir de la última etapa del ciclo que es la faena. Registra dos tipos de personas o formas y los define como activos o no activos. El activo es el que se encuentra inscripto y el no activo es el que no está inscripto.

¿A quienes comprende? Comprende por un lado al productor ganadero y por otro lado al consignatario de hacienda, al consignatario de carnes, a los usuarios y a los faenadores o frigoríficos, estableciendo distintos tipos de responsabilidades según su acción.

En ese orden invita, porque no es una norma imperativa sino que en todo momento dice que es optativa. Lo que pasa es que es una voluntad que tiene consecuencias. El no estar inscripto hace que las retenciones, percepciones, pagos a cuentas que se realicen sean mayores de los que sí lo están.

Por otra parte, este no es el primer registro que aparece dentro del sector productivo agrícola-ganadero. Hace varios años que está el registro fiscal de operadores de granos. La contundencia de los hechos hace que el productor que está fuera de esos registros no tenga la misma posibilidad o espectro comercial que el otro. Dejando bien en claro que de ninguna manera, esta norma ni la otra, limitan o condicionan la comercialización.

Es una condición de donde me posiciono y que estoy dispuesto a pagar en función de la decisión que tome. Concretamente, pertenecer dentro del registro (productores, faenadores, usuarios de faena, consignatarios de carnes, consignatarios de hacienda) es una suerte de decir “tengo un certificado de buena conducta fiscal”.

El resto es materia opinable. En mi opinión, este es el inicio de una nueva etapa tendiente a ordenar un mercado que tiene un altísimo grado de dispersión en lo que a controles fiscales respecta.

Hoy AFIP cuenta con suficientes controles y medios para fiscalizar. Esto tiene consecuencias que van más allá de lo fiscal porque atada la capacidad productiva a los beneficios fiscales, la normativa tiende a la concentración productiva y a la permanencia dentro de esto.

Puntualmente, en lo que a ganadería respecta, la forma en que se valúa la hacienda en términos impositivos en la zona central ganadera es diferente a las demás regiones. Las otras regiones pueden valuar su hacienda a precio histórico.

¿Cuáles serían las alternativas de solución? Un replanteo general para el productor. Replanteo que comprenda seguros de producción y precios, transparentar el mercado, que le permita cubrirse en un mercado de futuro y opciones, que pueda planificar con mayor certeza a partir del momento de la faena y posterior comercialización de la carne, teniendo presente siempre que el precio de la hacienda está en función de su rendimiento y donde en realidad e históricamente este país ha sido productor de cueros.

No es tan simple ni tan sencilla la solución, pero si es posible contribuir a un marco de mayor claridad sin entrar a considerar lo que respecta a seguridad jurídica y garantías.

¿Cómo se registra un productor? Es extremadamente sencillo. Es un trámite como tantos otros dentro del fisco. Para quienes estamos acostumbrados a hacerlos es sencillo, para quien no lo conoce es complicado. Este mercado va a cambiar en lo que respecta a controles fiscales.

Contador Gustavo Biondo